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Alimentación Consciente: Cómo la Masticación Mejora la Digestión

Sabemos que es de buena educación masticar la comida y no hablar con la boca llena, pero hay algo más detrás de esto que los buenos modales. La masticación es quizá la herramienta más sencilla que se puede utilizar para sacar el máximo partido a lo que se come. Tanto si comes deprisa como si te sientas en una cena formal, puedes reforzar tu digestión desde el principio simplemente dedicando tiempo a masticar la comida.



Beneficios de la Masticación


La masticación es una parte del proceso digestivo que a menudo se pasa por alto, lo cual es lamentable porque tiene beneficios muy poderosos. La saliva adicional que produce ayuda a reducir la acumulación de placa y la caries dental y fortalece los huesos que sostienen los dientes. Como la masticación descompone los alimentos en partículas más pequeñas, reduce la posibilidad de infecciones, ya que los trozos más grandes de comida sin masticar son más vulnerables a la proliferación de bacterias y hongos oportunistas en el tracto digestivo. Masticar a fondo también expone una mayor superficie a las enzimas digestivas que se encuentran en la saliva.


Importancia de la Predigestión


El proceso completo de digestión requiere mucha energía y lo que comes es importante, pero si no digieres tus alimentos, no obtienes los nutrientes necesarios. Una cosa fácil que puedes hacer es aprovechar el modo en que las glándulas salivales se alían con el proceso de masticación para ayudar a predigerir los alimentos. Las glándulas salivales segregan mucosidad para lubricar los alimentos y facilitar su masticación. Al masticar, los alimentos se mezclan con la saliva para que las enzimas puedan empezar a digerirlos. La saliva contiene tres enzimas importantes: amilasa, proteasa y lipasa. La amilasa es segregada por las glándulas parótidas y descompone los hidratos de carbono. La proteasa es segregada por las glándulas submandibulares y comienza la digestión de las proteínas. La lipasa es segregada por las glándulas sublinguales (bajo la lengua) para iniciar la digestión de las grasas. Estas enzimas digestivas, así como las enzimas de los propios alimentos, ayudan a predigerir la comida cuando se mastica bien cada bocado. Además, siguen siendo clave incluso después de tragar, cuando los alimentos se desplazan hacia la parte superior del estómago, ya que la secreción de ácido es mínima durante al menos 30 o 45 minutos.


Tomarse el tiempo de predigerir lo que se come hace que la digestión sea más eficiente desde el punto de vista energético, ya que aumenta considerablemente la absorción de nutrientes y reduce la carga de trabajo del estómago y el intestino delgado.


Reduce los Síntomas de una Mala Digestión


Cuanto más se digiere en la boca y en la parte superior del estómago, menos trabajo tiene que hacer el cuerpo después. Aunque las proteínas, las grasas y los hidratos de carbono son el objetivo de las enzimas, los alimentos más complicados de digerir para el organismo son los hidratos de carbono. Los carbohidratos son alimentos de origen vegetal: granos, frijoles, verduras, frutas, nueces, semillas, almidones, hierbas, especias, etc. Son digeridos por la amilasa de la saliva, pero están cubiertos por una fina capa de celulosa, que las enzimas humanas no pueden penetrar.


La cocción y la fermentación ayudan a descomponer la celulosa, pero la acción mecánica de la masticación la rompe, haciéndola más manejable para el proceso digestivo. Si la celulosa no se descompone lo suficiente, es más probable que cause gases e hinchazón. Es fundamental que las personas con enfermedades crónicas o problemas digestivos, especialmente las que siguen una dieta basada en plantas, mastiquen los alimentos hasta que estén licuados. Esto elimina la tensión de los órganos digestivos y puede hacer maravillas para ayudar a reparar el tracto digestivo.


Por último, intenta ir más despacio, relajarte y disfrutar de la comida. Comer con prisas o bajo estrés, sobre todo, entorpece el proceso digestivo. Esto puede provocar hinchazón, inflamación, indigestión, reflujo y otros problemas digestivos.


Espero que la próxima vez que comas seas más consciente de tu masticación. Tal vez seas uno de los pocos afortunados que han adquirido el hábito de saborear cada bocado, pero si eres como yo, es un rasgo aprendido. Es algo que tengo que tener en cuenta y ahora doy fe personalmente de sus extraordinarios beneficios a la hora de mejorar la digestión.

Bon Apetit!







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Ivette













Fuente: https://branchbasics.com/blogs/food/mindful-eating-how-chewing-improves-digestion

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